Conversaciones en el Metro 22-12-09

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- ¡Madre mía! ¡Ojalá me tocara a mí el Gordo de Navidad! Me despedía del trabajo y me iba a vivir a una isla del Caribe.
- Quita, quita. Si me tocara a mí, le compraba la empresa a mi jefe y le echaba de una patada en el culo.
- ¿Y seguirías trabajando?
- Sí, pero solo los días que me apeteciera. Y trabajaría para mí mismo, ni jefes ni leches.
- No sé chico. De todas formas tú tienes difícil que te toque porque no compras ningún año.
- Pues es verdad, pero creía que tú tampoco comprabas.
- No si no compro, pero si me tocara jugaría todos los años, lo que pasa que no está la cosa para despilfarrar en algo que nunca toca.
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